La leishmaniasis es una enfermedad parasitaria causada por protozoos del género Leishmania, transmitida a los humanos a través de la picadura de hembras infectadas de flebótomos de la familia Phlebotominae. Esta enfermedad presenta tres formas clínicas principales: la cutánea (CL), la mucosa (ML) y la visceral (VL). La Región de las Américas es endémica para todas estas formas, lo que representa un desafío significativo para los sistemas de salud.
Situación epidemiológica en la Región
Según el informe más reciente de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) publicado en diciembre de 2024, la incidencia general de leishmaniasis en la región ha mostrado una tendencia decreciente en los últimos años. Sin embargo, los datos de 2023 indican un aumento en los casos de leishmaniasis visceral en Argentina y Paraguay, así como un incremento de la forma cutánea en países como Argentina, Costa Rica, Ecuador, México y Surinam. Estos picos reflejan la necesidad de esfuerzos continuos en vigilancia y control.
El desafío del coinfección VL-HIV
Uno de los aspectos más preocupantes del informe es el incremento de los casos de coinfección VL-HIV. En 2023, el 19% de los casos de leishmaniasis visceral estuvieron asociados al VIH, marcando el porcentaje más alto registrado desde 2018. Esta situación subraya la importancia de integrar el manejo de ambas enfermedades en los sistemas de salud.
Mortalidad y tratamiento
Si bien en 2022 y 2023 se observó una leve disminución en la mortalidad de los casos de VL, el análisis a largo plazo revela una tendencia al aumento. La OPS recomienda el uso de pruebas diagnósticas rápidas en la atención primaria y la administración de anfotericina B liposomal como tratamiento de primera línea. Este enfoque busca mejorar la seguridad del paciente y reducir la duración del tratamiento, lo que podría impactar positivamente en los resultados clínicos.
Avances en los datos y los desafíos pendientes
El informe destaca una mejora en la calidad de los datos reportados al Sistema Regional de Leishmaniasis de la OPS, pero también subraya la necesidad de optimizar la información relacionada con el tratamiento y los desenlaces de los pacientes. Este paso es crucial para medir el progreso hacia las metas establecidas en el Plan de Acción de la OPS 2023-2030 y el plan global de la Organización Mundial de la Salud para las enfermedades tropicales desatendidas 2021-2030.
La leishmaniasis sigue siendo un problema significativo de salud pública en las Américas. Aunque se han logrado avances importantes en la reducción de la incidencia general, el aumento localizado de casos y la creciente prevalencia de coinfecciones VL-HIV destacan la necesidad de una vigilancia constante y un enfoque integral en las estrategias de prevención, diagnóstico y tratamiento. La colaboración entre países, el fortalecimiento de los sistemas de salud y la inversión en investigación son esenciales para controlar esta enfermedad y mejorar la calidad de vida de las comunidades afectadas.
Leishmaniasis en las Américas: Datos detallados y análisis complementarios del informe epidemiológico 2024
En seguimiento al análisis general de la leishmaniasis en la Región de las Américas, este artículo amplía la información sobre las tendencias epidemiológicas, las estrategias de tratamiento y las áreas prioritarias de intervención, basándose en datos específicos del informe 2024 de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Tendencias epidemiológicas regionales
Entre 2001 y 2023, se reportaron más de 1.1 millones de casos de leishmaniasis cutánea (CL) y mucosa (ML) en 17 países de la región, con una media anual de 52,645 casos. Aunque desde 2005 se observa una tendencia decreciente general, en 2023 hubo un aumento de casos en Argentina (15%), Costa Rica (36%), Ecuador (18%), México (11%), Guyana (100%) y Surinam (40%).
La leishmaniasis visceral (VL), aunque menos común, sigue siendo una preocupación creciente. En 2023, se registraron tasas de incidencia más altas en Surinam (80.8 por cada 100,000 habitantes), Guatemala (43.8) y Perú (37.8), mientras que países como Ecuador, Paraguay y Venezuela mostraron las tasas más bajas.
Distribución geográfica y perfiles de riesgo
El informe destaca que el 51% de los casos de CL y ML ocurrieron en hombres de entre 20 y 50 años. Sin embargo, también se observa un aumento significativo en niños menores de 10 años, particularmente en países como Colombia y Paraguay. Este hallazgo sugiere un cambio en los patrones de transmisión, con un impacto significativo en comunidades rurales y fronterizas.
En cuanto a la VL, el 19% de los casos reportados en 2023 estuvieron asociados con coinfecciones por VIH, un aumento preocupante que subraya la necesidad de estrategias de manejo integradas. Argentina, Brasil, Paraguay y Venezuela fueron los principales países con coinfecciones VL-VIH.
Estrategias de tratamiento e innovaciones
Desde 2023, la OPS y la Iniciativa de Drogas para Enfermedades Desatendidas (DNDi) han impulsado la implementación de tratamientos locales para la CL en zonas endémicas. Este enfoque ha reducido la duración del tratamiento y mejorado la seguridad del paciente. Además, el uso de dispositivos de termoterapia ha sido implementado con éxito en países como Brasil, Colombia y Perú.
La anfotericina B liposomal sigue siendo el tratamiento de primera línea para la VL, particularmente en pacientes pediátricos y coinfectados con VIH. El informe también enfatiza la necesidad de mejorar el acceso a pruebas diagnósticas rápidas en la atención primaria.
Desafíos pendientes y áreas prioritarias
- Cobertura de datos epidemiológicos: Aunque se han logrado avances significativos en la recolección de datos, aún existen brechas importantes, especialmente en países de América Central y el Caribe.
- Manejo de coinfecciones VL-VIH: Las tasas crecientes de coinfección requieren una integración de servicios de salud para garantizar un manejo efectivo y reducir la mortalidad.
- Reducción de casos en niños: Uno de los objetivos principales del Plan de Acción 2023-2030 es reducir los casos de CL en niños menores de 10 años en un 50% para 2030.
- Control de transmisores: La expansión geográfica de vectores como Leishmania infantum plantea un desafío para las medidas de vigilancia y control en áreas rurales y periurbanas.
Conclusión
El informe de la OPS destaca los avances y desafíos en la lucha contra la leishmaniasis en las Américas. Aunque se han logrado importantes progresos en la reducción de casos y la mejora de tratamientos, el aumento de casos en niños y las coinfecciones VL-VIH representan áreas prioritarias que requieren atención urgente. La colaboración entre países, junto con la inversión en investigación y tecnología, será fundamental para alcanzar los objetivos establecidos en el Plan de Acción 2023-2030 y mejorar la calidad de vida de las comunidades afectadas.